Nuevamente hablando de fútbol, sintomático de la falta de interés política que suscita la realidad que transmiten los dirigentes y los principales partidos políticos y sus particularidades (sólo se hable de su máldita corrupción). El tema viene tras la polémica entrevista que "los Manolos" hicieron este mediodia al presidente del Real Madrid, el cuál se fue de allí calificando la actuación de estos populares periodistas como una grosería, al no permitirle expresarse con total libertad, lo cual me parece un violación de uno de los principios del diálogo. Sin embargo la entrevista rebosa un espíritu muy televisivo, muy de show, y para ello valga de muestra la idiosincrática pizca humorística que día tras día emite dicho informativo deportivo. El enfoque es totalmente disgresor, lejo de convencionalismos y a pesar del tratamiento menos jovial del mayor, la cantidad de preguntas intentando comprometer en las respuestas es paradigmático de esa falta normativa que a veces se hecha de menos en el periodismo actual ,donde todo está demasiado teledirigido bien por el formato, bien por la ideología editorial. Pero esto no reivindica que al entrevistado no se le deje hablar como de hecho ocurre en una gran parte de la entrevista, una cosa es cortar una respuesta por considerarla supérflua e intentar que el interlocutor varíe su argumentación o no convierta la perífrasis en norma y otra muy distinta es querer que diga lo que tu pretendes oir. Es difícil el oficio si uno se sale de las normas establecidas, pero ¿acaso es posible el oficio periodístico establecido en unas normas que no permiten ir más allá al periodista pero hasta el infinito al entrevistado?
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