miércoles, 30 de julio de 2008

noticia curiosa

Me llamó la atención el modo de protestar, si es que se le puede calificar así, de una persona ante el lugar donde se gestionan las multas de los radares de tráfico en León. La persona en cuestión en su vehículo llega a toda velocidad y tras hacer un par de derrapes 180 grados sale con la misma celeridad, todo ello grabado por las cámaras de seguridad. Para mi que protesta con cierta ludicez ya que lo hace a través de un automóvil que supera con creces la velocidad permitida, y si su coche puede hacerlo y por ello se lo compra, porqué no usarlo. Aunque no lo veo lícito, pues hay ciertas normas impositorias que si se han de respetar, y peor veo la falta de consideración de tal individuo, no hacia la institución a la que iba dirigido, sino a las victimas de los accidentes de tráfico representadas en un monumento que preside dicho lugar.
Que los lujos lo representen otras cualidades en los coches y la velocidad que la dejen para los circuitos, asumida allí la carga.

lunes, 28 de julio de 2008

Y llego a tu cuello


Desplazas el cabello mostrándome el dulce cuello, tu piel ansiosa me incita a sentir antes de lanzar mis dedos a su recorrido agónico a través de tu piel y llegar al lóbulo, vuelven a bajar ahora deslizándose con la agitación de la primera vez, ahora mis llemas captan toda la sensibilidad de la piel y ya no sé quién percibe y goza más, el final de mi anular siente casi más que toda tu cabellera, a mi espinazo le llegan los impulsos nerviosos transmitidos desde lo más profundo de tu piel estremecida y mi boca impulsiva comienza su travesía a través de la oscuridad para culminar en un instintivo roce en tu sonrosada oreja, la pérfida lengua asoma en sus comienzos para resaltar tu piel y hacerla crecer por momentos. Ya no hay vuelta atrás, del fracaso al éxito sólo hay un pasito y no pretendo sino fracasar, ya es un triunfo.

Quizá el amor no se pueda olvidar, es una práctica universal.

sábado, 26 de julio de 2008

Olvidarse del amor

Recientemente he vuelto a sentir las colateralizaciones del mayor sentimiento humano, sin embargo mi alma no estaba abierta a tales significacines, demasiado poderosas para una mente enclaustrada en sus propias antinomias, en sus solitarios devanios sin más práctica afectuosa que las palabras de algún familiar o algún buen amigo. Recientemente quiero abrir el campo de mis significaciones, abrir mis sentimientos hacia ella, navegar en las corrientes de la fogosidad, del desequilibrio, hilvanar momentos compartidos y merecer lo que ahora añoro. Sin embargo no hay actividad humana que no sucumba ante la práctica, no existe negocio que primero no sea practicado virtuosamente, y yo la labor del amor parece que hace tiempo que no la visito y ahora que necesito volver a trabajarla no poseo las herramientas, mi lenguaje y mi disposición no son las correctas, veo llegar el fracaso mucho antes de comenzar, anoto cada gesto como si fuera único e inequívoco de la personalidad que me va a traicionar, maldigo porque he de ser yo el que empiece a jugar y a descifrar lo que el futuro nos quiere deparar.
Olvidarse del amor es un gran mal, y mi soledad aún lo puede empeorar, sin embargo espero poder fracasar, es la única receta que me puede salvar.

jueves, 24 de julio de 2008

El final del verano

Para mi ya terminó el periodo estival, ya hice el viaje relámpago que tenía que hacer y ahora vuelve la apresurada búsqueda de un trabajo en los tiempos difíciles que corren. Tras la inocencia que el fútbol me devolvió fechas atrás ahora toca volver al juego de la madurez y tener que claudicar ante la primera oferta laboral que se presente, guste o no, pues hay que comer y pagar servicios a alto precio como éste. Sin embargo el poco verano y periodo vacacional ha sido fructífero pues he podido conocer a personas que seguramente van a influir en mi de manera muy positiva, me enamoré intelectualmente de una de mis profesoras, me enamoré del pensamiento trágico-estético del señor Nietzsche al cual he tenido la oportunidad de acercarme para primero poder entenderle y para que después me diera una patada en el centro de todas mis preconcepciones y las mandara al garete, y yo aún intento recuperarlas, cosa imposible tras la desarticulación poderosa que fomenta Zaratustra.
Mi tiempo ahora es extraño, no lo encuadro en la estación representativa y sin embargo bailo, danzo al son dionisiaco y me comprometo en el juego laboral aceptando su azar y su fuerza, algo saldrá en claro en mi otoño particular.