jueves, 24 de julio de 2008

El final del verano

Para mi ya terminó el periodo estival, ya hice el viaje relámpago que tenía que hacer y ahora vuelve la apresurada búsqueda de un trabajo en los tiempos difíciles que corren. Tras la inocencia que el fútbol me devolvió fechas atrás ahora toca volver al juego de la madurez y tener que claudicar ante la primera oferta laboral que se presente, guste o no, pues hay que comer y pagar servicios a alto precio como éste. Sin embargo el poco verano y periodo vacacional ha sido fructífero pues he podido conocer a personas que seguramente van a influir en mi de manera muy positiva, me enamoré intelectualmente de una de mis profesoras, me enamoré del pensamiento trágico-estético del señor Nietzsche al cual he tenido la oportunidad de acercarme para primero poder entenderle y para que después me diera una patada en el centro de todas mis preconcepciones y las mandara al garete, y yo aún intento recuperarlas, cosa imposible tras la desarticulación poderosa que fomenta Zaratustra.
Mi tiempo ahora es extraño, no lo encuadro en la estación representativa y sin embargo bailo, danzo al son dionisiaco y me comprometo en el juego laboral aceptando su azar y su fuerza, algo saldrá en claro en mi otoño particular.

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