martes, 27 de julio de 2010

Vacaciones

Debería hacer caso del título y no escribir una línea ya que no es época de pensar demasiado y si de disfrutar todo lo posible, sin embargo como disfruto también puedo permitirme escribir algo en este olvidado blog. Y ese algo se refiere, cómo no, al periodo estival que nos ocupa, a ese periodo de descanso que se torna en todo lo contrario, en desfases horarios, en múltiples tareas, cientos de fotos y varias fiestas por no decir festivales entre las variadas tareas que chocan con la relajación. Y es que como bien han captado unos publicistas este verano, más que desconectar hacemos todo lo contrario, nos conectamos en serio con la vida, con el disfrute y el goce del tiempo, no sólo del metereológico. Miramos la realidad con un prisma excelente, radiante de aprehender nuevas formas, nuevas sensaciones dejando a un lado los moldes que caracterizan nuestra cotidianidad para querer experimentar.
Yo este año, presionado por las visicitudes de mi paupérrima economía, decidí disfrutar de este momento en mi inmediata realidad sin moverme del lugar donde vivo, disfrutando de veras de ese placer holgazan que repentinamente llama a las puertas de la sobremesa, regodeándome de la desconexión y disfrutando con la acción, con las fotos y las cervezas frías (suerte de vivir en lugar privilegiado). He sentido tantas emociones o más que con una salida vacional convencional sin salir de casa, sin gastar más de lo necesario y aún queda lo mejor por llegar (mi familia), y es que el cristal con el que deformamos la realidad es imprenscindible para sentir no sólo unas buenas vacaciones sino también nuestra circunstancia más personal.

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