martes, 16 de septiembre de 2008

Heridas abiertas

Ayer terminé la segunda parte de Tu rostro mañana de Marías y nuevamente me volvió a encantar la aproximación biográfica en boca del padre del personaje hacia la Guerra Civil y su posterior etapa, comenzaba a relacionarlo con el discutido tema abierto por la justicia española en estos momentos y me parece muy pertinente la conclusión que se puede sacar ante la actidud de este gran personaje. Por otra parte, hoy estuve hablando con mi abuelo, que sufrió de niño el bombardeo indiscriminado de su pueblo, por parte de la aviación roja y también es de los que prefieren olvidar (mi otro abuelo sufrió la explosión de un artefacto y metralla en una de sus rodillas en una estación de tren sin tener conocimiento del color asesino y hoy tristemente ya no puede contarme nada). Hoy tenía conocimiento de una exposición que le da la iniciativa a la sociedad civil en el proceso transitorio que llevó al pueblo español al goce de la democracia y lo hace mediante testimonios de diversos tipos que ponen la atención en la autoridad del regimen totalitario que representaba Franco. También los recientes episodios de la familia de uno de los asesinados como Lorca y enterrados junto a éste con el apoyo de Ian Gibson, hierven en mi cabeza. Todos estos elementos hacen que tenga que hacer una pequeña reflexión sobre el asunto. Primeramente me parece del todo legítimo que se tengan que reabrir los casos aunque exista una Ley de amnistía de 1977 que parezca ponerle freno a la iniciativa de la verdad, o la justicia, como se prefiera llamar, pues esa ley fue secundada en un periodo aún con muchas de las libertades amputadas, una época aún por abrirse a la justicia, refugiada aún en el miedo y la extorsión, una época aún sin las garantías suficientes para que se diera el verdadero discurso democrático a pena de caer en viejas disputas, reflejo de todo esto que aún en febrero del 81 pasamos una larga noche de angustia y desesperación, aún logro percibir la preocupación de mis mayores mientras veían la televisión en casa de mi abuelo, y el camino a mi casa nocturno, raudo e indiscreto ante la posible mirada policial. Otro caso será la finalidad de dicha reapertura, que en principio no creo que sea otra que la de sacar a la luz la verdad, una verdad dolorosa, atroz y con funestas consecuencias, al menos ya las hubo. Hay para quien esa verdad es lo que le falta a su vida, como le falta a mi abuela un hermano del que le despojaron tras ser huérfanos y ser desperdigados por el territorio rojo, acabando mi abuela refugiada en Francia y nunca encontrando a su hermano, si a su hermana. Sin embargo no es el caso, la gente se acostumbra a lo que es, a lo que se tiene y sobrevive como bien puede y aunque siempre ella se acordará de él, no creo que sea lo que más necesite para sobrevivir ahora, seguramente echa más en falta a mi abuelo. Aunque hay que reconocer que para mucha gente ese deber con su pasado, con su familia, con la deshonra infrigida a su memoria es un objeto se subsistencia, un valor de supervivencia, un modo de vivir, un reclamación de existencia.
Por ello siempre hay que estar al lado de la justicia, para lo bueno y para la malo, y pedir cuentas, siempre hay que rendirlas, y aunque urgar de nuevo en nuestro pasado no sea ni sencillo ni plato de buen gusto y pueda traer conflictos inesperados, la búsqueda de la aproximación a la verdad nunca debiera faltar a nuestra especie, siempre respetando a los que prefieran que su verdad quede para ellos, siempre y cuando ésta no afecte directamente y conflictivamente a la de otros.
A mis abuelos por ejemplo, que tampoco sufrieron o al menos no se enteraron del todo bien por sus edades y su corta educación la fatalidad excesiva de la contienda, no les va ni le viene la decisión de Garzón, a mi personalmente y familiarmente también me podría causar cierta indiferencia pero como acabo de disertar la veo ciertamente justificada, a pesar de no conocerla del todo bien y aún teniendo preguntas acerca de ella, pero con todo creo que la búsqueda de la justicia está fuera de todo lugar y tiempo, que se lo preguntes a las abuelas de la plaza de mayo o a Pinochet, todos movimientos apoyados por los demócratas. Otras personas tratarán de poner nombres en su sitio, devolver a sus antepasados la merecida paz y justicia que los verdugos les arrancaron, otras o sus familias o descendientes sentirán el temor de ser ofendidas, calumniadas o incluso falsamente acusadas ad hominem. Pero el camino hacia el progreso, hacia la justicia social auspiciada desde la sociedad civil no es el paseo triunfal llano y liso, es uno tortuoso y de dificil ascensión donde tan rápido se sube como se baja, y lo ganado se pierde con facilidad asombrosa.
Para el que quiera leer el at´culo sobre la exposición aquí dejo el enlace. Para quien quiera saber las posiciones del personaje del libro, le recomiendo su lectura, tanto la primera como la segunda parte, si bien a mi parecer la segunda resulta un tanto más floja y con un final más programado hacia la venta de la tercera parte.

1 comentario:

Unknown dijo...

Acabo de pasar por tu sitio dando saltos desde unos comentarios del blog de Greenpeace...

Saludos
Jesús (Kaos)
Blog: No Hay Tiempo que Perder - No Time to Waste