domingo, 3 de agosto de 2008

Beso a beso

Mi noche se escapa en el humo de un calada placentera de felicidad, los pensamientos se tuercen y revolotean al compás de la música rítmica que impulsa cada latido, cada nueva fijación se convierte en una oveja que el muro ha de saltar y vuelve a revolotear con una nueva melodía ya acompasada, ya furtiva, que quiere un nuevo galopar rumbo a tus besos, narcóticos del paladar. Cada instante son más fotogramas que la realidad, beso a beso, mi pensamiento desencadena al volar, la música quizá no deje de sonar, la melodía, desmembrada marcha al funeral y mi cuerpo, inmovil, salta al resoplar. El humo me lleva a mi paraiso singular, dejado de razón, no parece cierto el lugar, donde se percibe más adentro cierta realidad, que un beso no pueda destronar.

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