Y es que, chaval, hay mejores tributos a esta década que los de los refrescos. Una década que impregnó, aquí en España, a todos los nacidos en la anterior unos nuevos modos, un nuevo estilo, un acelerado cambio en consonancia con los tránsitos de nuestras inocentes miradas.
Cualquier mirada retrospectiva siempre olvida algo, es difícil valorar un total, y más aún tan subjetivo como el recuerdo, pero la canción garantiza unas risas...
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