martes, 26 de agosto de 2008

Elecciones presidenciales en las que no votamos

Cansado estoy ya de las elecciones que parecen afectar a todo ser viviente de este planeta cuando aún faltan meses. Miles de argumentos adecuados al discurso político comienzan a emerger ya no sólo de los candidatos sino también de sus esposas, de sus familias, de su imagen, de sus gestos, y es que esos argumentos en política ahora están aliados a la retórica publicista, al estudio del audiotorio, al control de los medios, a la instigación para votar que provocan los empates y por ello la imagen es primordial con lo que la mujer, que proyecta también la imagen del candidato ha de cuidar también hasta el mínimo detalle.
El bombardeo informativo ahora comienza ya a ser excesivo, que si Obama es de izquierdas o un simple pragmático, que si tiene carencias, que si Biden no cubre todas, que si Hillary es necesaria, que si el veterano de guerra está recuperando terreno, que si le afectará la política económica republicana... y a mi que narices me importa si no voto?
Si ya me cuesta creerme a los políticos europeos, imaginate a los creadores de la espectaculización de la política donde a bombo de dólares puedes llegar a ser la marioneta de las corporaciones a cambio del poder del botón rojo. Y todo para hacernos más participes del engaño que implica la supremacia estadounidense e integrarnos aún más en estas pseudodemocracias donde el valor del individuo es anulado por un sistema descompensado.
POR UNA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA

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